5.12.09

GETSEMANÍ: UN LUGAR – EL LUGAR. UN TIEMPO Y TODOS. UN HOMBRE Y LA HUMANIDAD

Getsemaní en su etimología aramea vincula la presión y el aceite: gat semane prensa de aceite. Esta toponimia (nombre del lugar) verifica y vinculan, una noche - la luna llena de Nisán que podríamos suponer del 30 de nuestra era, ya que el Pésaj cayó en Sabbaath - y un hombre: Jesús de Nazareth.

GEOGRAFÍA – GEOMETRÍA - VINCULARIDAD

El lugar, un huerto, un monte, los olivos, el arroyo Cedrón ( sombrío, oscuro). Muchas preguntas que se abren contornéandose como las ramas de esos árboles milenarios. ¿Cuántos árboles son necesarios para formar el monte? Tres, cinco, veintiuno. La imprecisión pareciera delinear momentos trascendentales de nuestras vidas. geografía que cuenta y se pierde, que dibuja un entramado de follaje y de luces y de sombras. Si esa noche fué clara, abierta, la luna – el claro círculo borgeano – iluminaría de modo espectral la periferia de Jerusalén, la ciudad de la Paz que paradójicamente la ansia y no la alcanza.


UN DÍA COMO MIL AÑOS – TIEMPOS Y ETERNIDAD:


Noche, noche de Pésaj, comienza el Sabbath. plenitud de luna en la plenitud de los tiempos. ¿Es posible pensar el tiempo acumulado en un solo punto? Todo el pasado y todo el devenir. Todo tiene su tiempo bajo el sol, ésta noche se abre y abre el camino de las posteriores. es un pórtico. Madre de tensiones,

ANTROPOLOGÍA DE UNA NOCHE QUE ABRE:

Un hombre: “Ecce Hommo”, acompañado de sus amigos cruza el torrente y se interna en el monte para rezar. Carga sobre su espalda una condición histórica. Se carga, nos carga. Pide compañía a sus acompañantes que se duermen, y establece un diálogo: el Padre – el cuarto cáliz de la Haggadá como relato– y él, Jesús como interpelante. Y en la densidad de ese momento un aleph: todo el horror de la historia, todos los asesinatos, las guerras, las violaciones, los ultrajes. Lo sucedido y lo por suceder. Lo destructivo, lo cruel. Instante terrorífico. Traspiración de sangre, ¿Cómo es posible soportar semejante proyección? ¿Qué fibra se necesita para tolerar la presión de la prensa brutal de toda la indignidad de nuestra historia sumida en un punto? Y yo como un olivo siempre verde en la Casa de mi Dios, salmo hecho carne, convertido en el óleo santísimo. Ungido se levanta: Padre, ha llegado la Hora.