30.4.20


DEL TRABAJO A LA  LIBERTAD HAY UN TRECHO…

                                                                                   “Arbeit  macht frei”.  Campo de Auschwitz

UNA DE LAS MÁS HORRIBLES HIPOCRESÍAS TEXTUALES DE LA HISTORIA ESTÁ GRABADA EN EL FRONTIS DE UN CAMPO DE EXTERMINIO QUE  NOS LEGÓ EL SIGLO XX*. COMO SI LA SUMA DE TANTOS GENOCIDIOS ANTERIORES HUBIERA DADO A LUZ SU MÁS HORROROSO ENGENDRO. SU PUERTA ESCUPE LA DIGNIDAD DE CADA UNA DE ESAS PALABRAS.

SIN EMBARGO ESTA ACCIÓN LABORAL, ANTIGUA COMO NUESTRA MISMA ESPECIE, O MÁS AÚN COMO LA VIDA MISMA - SI CONSIDERAMOS EL CONCEPTO DE TRABAJO COMO UNA ACCIÓN QUE PRODUCE UN EFECTO COMO LA ENERGÍA QUE MUEVE AL COSMOS** - NOS RECONCILIA Y NOS SALVA. PERO ESA LIBERACIÓN IMPLICA UN "TRACTUS", UN TRECHO. Y HAY QUE ANDARLO, AMASARLO, LABORARLO.

DENTRO DE NUESTRA PROBLEMÁTICA HUMANA UNA CUESTIÓN RADICAL ES NO SÓLO NUESTRA FINITUD, SINO NUESTRA FRAGMENTACIÓN. EXPERIMENTAMOS SENSORIALMENTE DENTRO DE PARÁMETROS ACOTADOS Y SIN EMBARGO MUCHAS VECES NUESTRA ARROGANCIA SUPONE UN SABER “OMNIPOTENTE Y UNIVERSAL”. 

ENTRE ESAS MIRADAS FRAGMENTARIAS SE INCLUYE LA DEL TRABAJO, LA FORMA EN QUE LO REALIZAMOS, CÓMO LO ENSEÑAMOS, CÓMO LO DESVIRTUAMOS. 

LA CELEBRACIÓN ,QUE ESTE AÑO NOS VUELVE A TRAER EL MES DE MAYO EN SU PRIMER DÍA, SI BIEN ES INTERNACIONAL ES DESCONOCIDA EN MUCHOS LUGARES Y EN OTROS HA QUEDADO ABSORBIDA COMO UN FERIADO QUE INVITA AL CONSUMO Y AL DESCANSO. MUY LEJOS DE ELLO ESTÁ SU ORIGEN DRAMÁTICO QUE YA SE HA DOCUMENTADO EN MUCHOS ARTÍCULOS. 

QUISIERA DETENERME ESTE AÑO 2020 QUE NOS ENCUENTRA RECLUÍDOS A MUCHOS  Y “QUIETOS” EN NUESTRAS CASAS (LA RAÍZ DEL VERBO QUEDAR TIENE QUE VER CON QUIETO Y CALLADO, Y SE RELACIONA CON RÉQUIEM, MÚSICA CONVENIENTE PARA MUCHOS MANIPULADORES DE MULTITUDES). 

COVID 19  MEDIANTE, SÓLO ALGUNOS SECTORES LABORALES SALEN A LA CALLE A REALIZAR SU TRABAJO, OTRAS MUCHAS PERSONAS LO HACEN DESDE SU HOGAR. EN CAMBIO, MUCHAS NO TIENEN TRABAJO DESDE HACE TIEMPO, OTRAS LO HAN PERDIDO EN ESTE PERÍODO. 

SIN EMBARGO EL HECHO DE SENTIRSE PERSONA TRABAJADORA NO QUEDA DEFINIDO POR REALIZAR UNA LABOR QUE PRODUZCA UN SALARIO, MUY POR EL CONTRARIO GRANDES EJEMPLOS DE TRABAJO SON AD HONOREM. 
PERO NO ES AHÍ DONDE QUISIERA ALCANZAR CON ESTE TEXTO, SINO CON LA MÉDULA DEL HECHO LABORAL: EL LOGRO DE UN BIEN, EL HECHO MISMO DE REALIZARLO, SU GOZO. 

Y ES EN ESTE SENTIDO QUE MUCHAS PERSONAS QUE “CREEN” PODER CELEBRARSE COMO REALIZADORAS DE TRABAJO EN REALIDAD NO LO SON. 

QUIENES OPRIMEN O FALSEAN, QUIENES NO CUMPLEN RESPONSABLEMENTE SUS TAREAS, QUIENES NO REPRESENTAN A QUIENES DICEN HACERLO, QUIENES CORROMPEN LOS JURAMENTOS HECHOS, ENTRE OTRAS BARBARIDADES, QUIENES DESPRECIAN EL TRABAJO PORQUE NO NECESITAN "GANARSE LA VIDA CON LA TAREA DIARIA",  NO PUEDEN ARROGARSE EL BIEN DE SENTIRSE DIGNOS LABORANTES…

PODRÁN CELEBRARLO, SÍ, QUIENES, AUNQUE SIN TENER UN TRABAJO RENTADO, HAN CONVERTIDO EL “OFICIO DE VIVIR” - PARODIANDO A CÉSARE PAVESE - EN MOTOR EXISTENCIAL DE SU PRÁCTICA DIARIA, SENCILLA Y SIN PUBLICIDADES DESLUMBRANTES. 

AQUELLAS PERSONAS QUE SE LEVANTAN DIARIAMENTE COMO UN ACTO REVOLUCIONARIO PARA QUE CON EL SUDOR DE SU TAREA EL MUNDO SEA UN LUGAR MÁS HUMANO, MÁS DIGNO. 

COMO DIRÍA GANDHI GIRANDO COPERNICANAMENTE LA FRASE CUASI CONDENATORIA QUE CANCELABA EL EDÉN: “SI EN EL MUNDO CADA PERSONA GANARA EL PAN CON EL SUDOR DE SU FRENTE, EL MUNDO SERÍA UN PARAÍSO”. 


CON EL OTOÑO POR TESTIGO VÍSPERA DE 1º DE MAYO 2020
                                                                               DANIEL FARINA

*La consumación de tantos genocidios encontró en el siglo xx su alumbramiento más horroroso: “EL SUEÑO DE LA RAZÓN ENGENDRA MONSTRUOS”, decía Goya.



CLASE FINAL DE: VIAJAR, VISITAR, VIVENCIAR.


EL VIAJE ES INFINITO


En el estribo (cuántas veces hemos viajado allí, jajaja!) vamos a dejar más que una clase, una “estela” para aseverar con Machado aquello de que Caminante no hay caminos, sino estelas en la mar. Y lo hacemos desde una frase de Michel Foucault, pensador deconstructor si los hay acerca de su método genealógico para desentrañar la Historia – gran viaje conjunto -:


“La historia, genealógicamente dirigida, no tiene como finalidad reconstruir las raíces de nuestra identidad, sino por el contrario encarnizarse en disiparlas; no busca reconstruir el centro único del que provenimos, esa primera patria donde los metafísicos nos prometen que volveremos; intenta hacer aparecer todas las discontinuidades que nos atraviesan.” M. Foucault, Microfísica del Poder, edit. La Piqueta, Madrid. 1992., (Nietzsche, la genealogía, la historia) Pág. 25


Quisiera, entonces, previo el pedido de perdón por el delay entre el encuentro anterior y este final, acercarme a lo subrayado. Un viaje en donde no tenía mucha conexión me ayudó a detenerme y el espacio se dilató. Relación alucinante la del Tiempo y el Espacio si las hay. La mención de la frase a “esa primera patria” y luego la fuerza de “las discontinuidades que nos atraviesan” me llenó la cabeza de preguntas.


¿Acaso no buscamos una “morada”, un sitio, un refugio (cfr. Bertolucci, B. Refugio para el amor. 1990). La palabra morada pareciera tener dos etimologías en el indoeuropeo. Una en recordar y la otra en retrasar o lapso de tiempo. Ambas son fascinantes para cruzarlo con las discontinuidades y la acción de ser atravesados. ¿Viajamos nosotros, o es el entorno o nuestra simulación, nuestra imaginación o el deseo el que viaja en nosotros? Atravesamos, somos atravesados. La identidad que buscamos ¿está en el origen o en el destino? En ambos, en ninguno.


El lapso de tiempo, su medida pero no en “Cronos” sino en “Aión” o sea en su intensidad. Partimos hace un instante en el primer encuentro con Kavafis y su poema Ítaca, esa serie de discontinuidades, esa multitud de atravesamientos que constituyen la trama de la vida. Lejos estamos, entonces, de pensar un recorrido unidireccional o plano. Las dimensiones son tantas como los deseos, los sueños, los intereses, de todos los actores involucrados y aún más. La multiplicidad de todas las tramas posibles: “…Como el otro, este juego es infinito”. (Borges, J. L. Ajedrez)


Nos veremos otra vez a la vuelta de cualquier esquina (otra palabra mágica).


Un abrazo, o mejor varios. No se puede ser tacaño al viajar y lo maravilloso es que los abrazos no pesan.


De un Classroom realizado hace unos años por si Alguien gusta entrar: rim75ko





Palabras para plegar un año, en busca del siguiente.

“Hay que reencontrar al hombre. Hay que reencontrar la línea recta que abraza el eje de las leyes fundamentales: Biología, Naturaleza, Cosmos. Línea recta inflexible como el horizonte del mar”. Le Corbusier


“La línea recta es una curva de radio infinito”. Nicolás de Cusa





Revisar lo actuado. ¿Qué es actuar? ¿Dónde se hace visible?


Mirar desde adentro y mirar desde el alrededor. Entrar y salir de uno mismo como si la grieta lo permitiera.


No aferrarse a nada. ¿Será posible esa soledad infinita?


Pensar la eternidad desde la corrupción, desde el barro, desde la impotencia.





¿Cómo es posible desde la limitación pensar lo inconmensurable?





VIVIR PARA EL ORTO. 
Una guía de lectura para la vida en la contemporaneidad. 

“La recta es una curva de radio infinito” Nicolás de Cusa

Una de las complejidades que sufrimos desde nuestra concepción es la característica de que todo debe ser recto (Orto en griego). Así se nos pauta desde la Ortopedia para que nos encaminemos bien: derechos, pasando por la ortografía para que escribamos con corrección sobre el renglón, obviamente recto. De este modo todo nuestro actuar debe ser conforme a la Ortodoxia. Ciertamente la Ortodoncia nos salva de tener dientes que nos salgan por las mejillas pero nos cuestan más de dos mejillas y los que más las necesitan sólo pueden verlas en las fantásticas publicidades de dentífricos donde sonrientes dientes rectos no parecen ser de los mismos mortales.
En el orden social, las calles de la ciudad deberán ser ortogonales como nos enseñaron los Hispanos en su legado que nos remonta a los Latinos, para no perdernos en los laberintos medievales y menos la circularidad de una Aldea africana donde todos pueden verse y compartir. Y curiosamente una de las mesas más famosas que nos lega la literatura en la niebla de las sagas era redonda, pero es difícil vernos a la cara y estar obligados a la tensión del perdón, a la belleza de la palabra horizontal y no vertical que cae con la gravedad de la orden inflexible. 
Esta matriz de rectitudes se opone a todo lo que se desvía peligrosamente. Si, además, es hacia la izquierda el tema ya se torna “siniestro”. Por lo tanto “levantarse con el pie izquierdo”, ser “zurdo” de mano o de ideología o estar crucificado a la izquierda (es un ejercicio anual para las Pascuas), son signos de no ser “buena gente”. 
De este modo podemos deducir que nuestras vidas transcurren para el Orto, aunque haya gente que pueda escandalizarse de esta afirmación. Curiosamente el problema es vivir así. Por lo tanto deberíamos quebrar esta secuencia que puede parecer altisonante: romper el Orto del curso de nuestras existencias. Este hecho copernicano podría colocarnos en una nueva forma de encarar la vida. Ese fragilísimo y maravilloso milagro que excede con creces nuestras, muchas veces, ingratas ciudades y nuestros actos mezquinos. 
¿Qué clase de rectitudes puede haber en un mundo curvo y donde la razón, la más de las veces, desconoce los razonamientos de ese órgano – no recto – al que la costumbre ha erigido como la zona que nos humaniza? Necesitamos recordar aquello de “La leche de la humana ternura”, al decir de Shakespeare, que afortunadamente nos llega de un pezón curvo y blando, de carne, pleno, no recto, que de ser ortogonal posiblemente lastimaría a la tierna criatura. 
Lo cierto es que las “normas” nos bajan línea con una aceleración que, muchas veces, intenta superar la de la gravedad: creando un ambiente artificial de lo que es en realidad, Lo Grave. El vocablo: Schwere, concepto de “gravedad esencial” que trabaja Rainer María Rilke, es una realidad que se erige muy lejana a estas pobres ideas que un concepto de Derecho – que ocasionalmente se corrompe en su derechura - nos intenta legislar. 
De este modo, las rectitudes quedan en tela de juicio. Ojalá este “desvío de la recta senda” nos ayude a ser más humanos, más sensibles, más abiertos. 

Entre la noche y la mañana, durante el invierno de 2017.